«El mejor regalo que le puedes dar a tus hijos se llama: TIEMPO.»
Día a día vivimos muy de prisa. Entre el trabajo, las miles de tareas que tenemos que hacer y las rutinas de casa parece que nos queda poco tiempo para dedicarle a nuestros hijos. A veces, sin darnos cuenta, nos metemos en esa dinámica de la vida adulta llena de responsabilidades y, poco a poco, van pasando los días.
Cuando llegamos a casa deseamos tener una varita mágica que lo resuelva todo: la cena, el baño y lo que quede por hacer. Estamos tan cansados que nos olvidamos de que los padres somos los encargados de crear dinámicas y momentos en los que nuestros hijos se sientan acompañados, atendidos y escuchados; momentos en los que el afecto no pase desapercibido.
La gran pregunta es: ¿cómo podemos crear ese tiempo de calidad?
A veces parece que la única opción es el fin de semana, pero no. Tenemos la posibilidad de encontrar esos ratos dentro de nuestra apretada agenda siempre y cuando entendamos que dedicarle tiempo a nuestros hijos debería ser una de nuestras prioridades.
Una vez tengamos esto claro, es fácil generar ocasiones que nos permitan conectar fácilmente con nuestros hijos, por ejemplo:
1- Cuando vamos en el coche de camino a casa es un buen momento para conversar con ellos, preguntarles cómo están y cómo les ha ido en el cole. Probablemente, la respuesta sea “bien”, sin más. Entonces es cuando podemos aprovechar para contarles un poco de cómo ha sido nuestro día y así intentar entablar una conversación.
2- Otro buen momento puede ser la cena. Podemos involucrarlos en la preparación de la misma, en poner la mesa (en caso de que lo hagáis así en casa) o, simplemente, recoger los platos y colaborar mientras hablamos con ellos de cualquier cosa que surja.
3- La hora del baño con los más pequeños es una gran oportunidad. Normalmente es un momento agradable para ellos. Se relajan y, de repente, mientras juegan, empiezan a tararear canciones que han aprendido en el colegio y, a veces, de manera natural y espontánea, nos cuentan cosas que han pasado a lo largo de su día. Este también es un buen momento para simplemente jugar con ellos.
4- Cuando realizan sus deberes podemos acompañarles, sentarnos a su lado mientras ellos trabajan, independientemente de si necesitan nuestra ayuda o no. El hecho de estar ahí un rato ya es una forma de que se sientan acompañados. Otra momento puede ser cuando terminen la tarea, revisar con ellos lo que han hecho y ayudarles a corregirla si es necesario.
5- Si tienes la oportunidad de ir al parque con ellos ¡no lo dudes! Media hora es suficiente para jugar un rato al aire libre. Al mismo tiempo, nosotros también desconectamos un rato de la rutina del día a día.
6- Antes de dormir siempre triunfan los cuentos, especialmente con los más pequeños. Es un buen momento para fomentar la lectura, interactuar con ellos y ayudarles a relajarse antes de dormir.
Los fines de semana se pueden aprovechar también de mil maneras: organizando actividades con familiares y amigos, desayunar juntos, ir al cine, al campo, preparar una receta, tener a mano juegos de mesa en los que puedan participar todos, ¡hasta poner la lavadora y tender la ropa!
En definitiva, se trata de interés y prioridades. Como padres debemos ser conscientes de que en la infancia es donde se crean esos vínculos afectivos. Aprovechemos cada oportunidad para acercarnos a nuestros hijos y pasar tiempo con ellos; educar en valores, en respeto y amor. En resumen, ayudándoles a convertirse en grandes seres humanos.
Por Clara Priede (Enero 2020)